viernes, septiembre 14, 2007

Dead seahorse

Si lo que no te mata te fortalece, todavía no me decido por una. Estoy un poco agotada de los fortalecimientos, entonces tal vez elija mutar. Porque la muerte es eso después de todo: un cambio drástico. Y si en cada una de mis batallas terminé desmembrada, ya no soy yo la que queda en pie. Es una parte de mí que fabricaron de plomo y por eso resistía.
Pero parece que se está derritiendo, y mis otros pedacitos no tienen más ganas de curar. Así que ahora quiero ser políticamente incorrecta. Quiero ser malvada. Quiero ser lo que nunca fui. Quiero gritar en un hospital, irme de un restaurante sin pagar, quiero ser la que silba en el aviso de Ford. Quiero poder cagarme en mis valores, hablar (más) pelotudeces, y darles más motivos a los que no me quieren. Quiero aprender a mentir y a engañar. Quiero poder decir cosas que no siento ni pienso. Quiero mirarme al espejo y darme miedo. Quiero que no me importe nada de nadie, y que todo me resbale. Quiero dejar de llorar y volverme insensible.

El hipocampo se desangró. Esas estrellas que tanto me fascinan no existen. Basta de utopías.

Quiero ser una perra....parece que funciona. Así es que, señor director por favor, deme el papel de "YO, LA PEOR DE TODAS".


BTW: Miranda solía decir la gente feliz no postea. Por lo tanto me verán escribiendo pelotudeces bastante seguido.

Etiquetas: ,

lunes, septiembre 03, 2007

Precio

Una carta a mi yo, que me escribiría desde alguna vida si no estuviera en ésta.
O no.

...Pensabas que sería fácil. Claro, no hay piedra lo suficientemente grande como para frenar tu camino.
No cuando hay voluntad, cuando hay ganas, cuando hay amor, cuando la fuerza viene desde las entrañas.
¿Y qué es fácil? ¿acaso hay algo, de todo lo que vale, que sea "fácil"? ¿Acaso hay alguien, de todo humano conocido, que sea puro totalmente?
Siempre sostuviste que nadie es 100 por ciento bueno o malo ...siendo "bueno" y "malo" solamente 2 ejemplos de calificativos.

uh, pero eso lo sabe todo el mundo. Es que quizá cuesta aceptarlo. Y de vuelta: TODO CUESTA. La vida, es una maldita cuesta. Cuesta empezar, cuesta continuar, cuesta terminar.
Cuesta tanto cada pedacito de felicidad, que cuando llega nos cuesta disfrutarlo.
Es como el surfer que mientras busca la mejor ola de su vida, se pasa 50 años recorriendo el mundo, luchando contra toda adversidad, contra las distancias, contra el tiempo....y cuando llega ese día se para en la orilla del mar y duda. Su humanidad se revela cuando ve esa ola gigante, y el miedo le gana a las ganas. A los sueños.
Demasiada inmensidad asusta. Demasiada felicidad abruma. Y el surfer prefiere quedarse, resignarse y mezclarse con sus olitas pequeñas, sin espuma, sin esencia. Y aquél que nunca supo de mediocridades, se encierra en un castillo de arena, y deja escapar la ola.

¿Y entonces? Entonces saber qué se puede cambiar, qué se puede moldear, qué se puede mejorar y qué se debe comprender.
Saber que se puede. Siempre se puede.
Que a veces está buena la calma, por sobre tanta impulsividad y pasión.
Y que la búsqueda de cualquier tesoro tiene un precio: la responsabilidad.

¿Qué? ¿Acaso pensabas que todos están dispuestos a pagarlo?

Etiquetas: ,