viernes, octubre 22, 2004

Puntos


"Qué ironía"...pensó. De chiquito pescaba tantas oraciones arrojadas al vacío por la tía chismosa...tantos proverbios caseros proyectados por la vecina de al lado. Nunca los entendió. Jamás puso interés en ellas...ni en sus palabras...

"Tienes que buscar un Norte" repetía doña Marta, mientras borraba con violencia el maquillaje de la nena... "No pierdas el rumbo" decía tía Julia, y desconectaba el equipo de música del nene...

Ahora creía comprenderlo todo. Al fin estaba solo, sin tías refraneras ni vecinas histéricas. Estaba solo y en soledad, sin guía y sin mapa. No estaban más su perro ni su amigo. Se olvidó su guitarra y su pincel...y ese lápiz mágico para dibujar rostros en el agua...

Ahí, a la deriva y en silencio...sólo con el tiempo, sostenía con fuerza el regalo del abuelo...con él seguro no perdería el rumbo, y siempre sabría dónde está el Norte...

20 años después despertó...en medio del océano inmenso, embriagado de melancolía. Ahora sí entendía todo: tiró la preciada brújula por la borda, se deshizo de la mochila, las zapatillas y el reloj...y entonces remó con fuerza hacia la meta...

"Qué ironía"...pensó..."para llegar a la orilla sólo tenía que cerrar los ojos y dejarme llevar"...

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