Living in the white west

Armé una cajita con no perecederos, lista para ser usada en caso de urgencias.
Tiene antigripales, tecitos Vick y aspirinas, para combatir el frío. Tiene todos esos (nuestros) momentos, para las noches de extrañitis. Las caras, las fotos, los videos. Los asados y los panqueques, para nostalgiar un poco y cambiarle la cara a la milanesa diaria...

Y finalmente acá estoy, en el pueblo de azúcar impalpable. La ciudad de cristal, dicen.
Y soy como una manchita de color en un (hermoso) tapiz blanco.
Perdida en el espacio y en el tiempo que corre a mil por hora, como el viento. (Tan perdida que empecé este post hace 1 mes... o una hora.)
Tan cerca de esta luna gigante.
Tan llena de paisaje.
Y aún así me hace falta tu cemento.