jueves, mayo 12, 2005

Recomenzar

La línea divisoria entre lo sutil y lo brutal puede ser así de finita*.
Cruzar ese límite disfrazando espadas de espejitos de colores no ayuda. Sabelo.
Mientras tomo la píldora dorada que me diste vuelvo a empezar. De cero. Con la mochila llena. Bolsillos vacíos. Palabras necias. Oídos sordos.

Recaminar.
Con estas alpargatas amalgamando los pasos...


*La ambigüedad es tu aliada. Valga el doble significado. Lo infinito y amplio es para elegidos.

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