viernes, noviembre 19, 2004

Figuras

Qué loco. Es que cuando vas caminando y pasás por una vidriera abarrotada de inutilidades (o no) automáticamente te quedás ahí, girás exactamente 90 grados y te detenés...pensás que tal vez por un segundo, sería bueno tener alguna inserviblidad. Dos cuadras más adelante ya te genera escalofrío pensar que por ese segundo, imaginaste tal calamidad. Y entonces te sonreís, con el alivio de no ser.
En un shopping es (inexplicablemente) al revés. Te inmovilizan las luces, las escaleras mecánicas te paralizan, decís: "¿y si me quedo enganchada con el taco?". Las vidrieras y sus lamparitas de neón taladran cerebros y retinas, las modelitos exhiben marcas en todos lados, y en el cuello también. Todo pasa como en el cine, una gran película cepia donde VOS sos la vidriera y tus ojos se mueven de izquierda a derecha seleccionando cosas que nunca llevás. Y entonces te sonreís, con el alivio de no pertenecer.
Qué loco. Estaba caminando por la calle y giré esos 90 grados, un cubito de cristal como de 10 cmts. me encantó. Tenía un grabado de un hada aún más chiquito, y 3 puntitos que parecían estrellas. Y entonces sonreí, me vi emocionada y sin saber por qué. Esas emociones sutiles perduran. Las recomiendo.
La necesidad no existe. O las cosas que existen no las necesito. Pero quiero ese cubito.

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